LA ABUELA CHICHARRA / SPA

Castrillo de Duero es un municipio de España, en la provincia de Valladolid, comunidad autónoma de Castilla y León. Tiene una superficie de 25.77 km² con una población de 152 habitantes y una densidad de 5,9 hab/km².

Información turística

A 64 kilómetros de Valladolid sobre una ladera que cae hacia el arroyo Botijas, se encuentra el pueblo más oriental de nuestra provincia. Un pueblo que tiene como dato curioso ser la tierra que vio nacer a Juan Martín "El Empecinado". Está situado en el Pico Cuchillejo, que en realidad es un páramo donde no se llegan a los 1.000 metros.

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción

En cuanto a edificios de interés sobresale de forma clara la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, situada en lo más alto del núcleo urbano. Es barroca del siglo XVII, pero de cabecera románica, es una construcción en piedra, con bóvedas de cañón con lunetos y yeserías. Monumento declarado, posee una peculiar cúpula con chapitel de pizarra en el crucero y linterna que al exterior se muestra con un chapitel; alberga en su interior lápidas con escudos nobiliarios y siete retablos. Un camino empedrado permite el acceso desde el pueblo, entre algunas bodegas tradicionales, y desde el pretil de la iglesia, rematado por cruces, se aprecia una singular vista del Valle del Botijas. Se da un peculiar urbanismo del pueblo en torno a la iglesia.

Casas Señoriales

Además, entre las casas de adobe en la villa hay varias casas señoriales de siglos XVII y XVIII, blasonadas con escudos de armas en las fachadas; destacan: Casa de los Torre y Díez en Calle Bajada a Santa Marta, Casa Palacio de los Puerto Maeda (de 1772), rodeada de un muro de piedra y junto a la que se encuentra un lagar, Casa Palacio de los Bocos, del siglo XVIII, Casa de los Girón, y otras. También hay una imponente casona con arco de carpanel y antepecho de hierro forjado en las ventanas en Calle del Empecinado, y algún conjunto urbanístico de interés de vivienda tradicional.

Restos Romanos

Posee restos que atestiguan su pasado romano, como un puente de posible construcción romana que cruza el arroyo Botijas hasta la otra zona de bodegas y dos fuentes romanas: la Fuente de Santa María y la de Santa Marta, cada una en su respectiva plaza; la última da lugar a un arroyuelo semicanalizado con piedra. Otra fuente singular es la monolítica de la Calle del Atajo.

Ayuntamiento y Centro de interpretación El Empecinado

La Casa Consistorial, en la Plaza de la Constitución, está coronada por un escudo real, y delante se sitúa la estatua de El Empecinado. Se conserva la casa en donde nació y vivió gran parte de su vida El Empecinado, muy transformada, que posee una placa en su memoria. El Ayuntamiento de la localidad dispone de abundante material expositivo y de investigación sobre la figura de El Empecinado.

Ayuntamiento de Castrillo de Duero

Estatua de "El Empecinado"

Museo de "El Empecinado"

DATOS DEL MUSEO

Lugar: Antiguas escuelas municipales de Castrillo de Duero.

Horario: Visitas guiadas los sábados y domingos.

Teléfono de reserva: 686 888 192.

Colección: A través de recreaciones de armas y vestuario, paneles explicativos y proyecciones audiovisuales el museo recorre la vida de 'El Empecinado', desde su papel en la Guerra de la Independencia a su muerte en Roa (Burgos).

Senderismo

El municipio cuenta además con ser el techo de la provincia de Valladolid. En su demarcación se encuentra, el pico más alto de la provincia Robleñada ( 931 m), seguido muy de cerca por Cuchillejo, de 928 m, también en el mismo municipio y al que algunos autores le dan mayor altura que al primero.

La ruta tendría las siguientes características:

• Distancia: 8,72 kilómetros

• Altitud min: 638 metros, max: 921 metros

• Desnivel acum. subiendo: 277 metros, bajando: 129 metros

• Grado de dificultad: Fácil

• Tiempo: una hora 40 minutos

Recorrido:

• Salida desde plaza Santa María por un camino de tierra dejando la cruz a las espaldas

• Deberás cruzar un puente (Coordenadas lat, lon (WGS84): 41,57278, -4,00637) y tomar la bifurcación a tu izquierda

• Seguir recto pasando por una fuente conocida como "Covachuela" (Coordenadas lat, lon (WGS84): 41,562078, -3,997895)

• Pasada la fuente aparecerán dos bifurcaciones, siguiendo recto se llegaría a Cuchillejo (Coordenadas lat, lon (WGS84): 41,54878, -3,99605), y tomando la de la derecha iríamos a Robleñada (Coordenadas lat, lon (WGS84): 41,56016, -4,00072).

Fiestas y celebraciones destacadas

• San Isidro Labrador. Misa y procesión para bendecir los campos, y aperitivo popular. Día 15 de mayo.

• Fiesta de la Virgen de la “La Socorrilla”. Misa y procesión, con subasta de palos, y verbena. Tercer fin de semana de mayo.

• Semana y fiesta Cultural del Valle del Botijas. Primeros de junio.

• Día de la siega tradicional. Trajes típicos, almuerzo popular, representación de prácticas agrícolas tradicionales y chocolatada. A primeros de agosto.

• Ofrenda floral y homenaje a El Empecinado. Primer fin de semana de septiembre.

• Fiestas de la Virgen de Nuestra Señora de la Asunción. Misa y procesión, juegos populares y tradicionales, actividades deportivas, disfraces, aperitivo popular y verbenas. Días 6, 7 y 8 de septiembre.

• Navidades. Cabalgata de Reyes Magos del Valle del Botijas.

Personajes ilustres

• Es la localidad natal de Juan Martín Díez, El Empecinado.Su partida de bautismo dice así:

En cinco días del mes de Septiembre de mil setecientos setenta y cinco y en la parroquia de esta villa de Castrillo de Duero, yo, el infrascrito cura propio de ella, bauticé solemnemente a Juan, hijo legítimo de Juan Martín y Lucía Diez, vecinos de esta villa y en ella casados y velados, él natural de Castro de Fuentidueña y ella natural de esta villa; sus abuelos paternos Juan Martín y Micaela Sancristobal, naturales de dicho Castro de Fuentidueña; los maternos Andrés Díez y Lucía González, vecinos de esta villa, el natural de Olmos y ella de esta villa, fue su padrino Gregorio González, vecino de esta villa, a quien advertí del parentesco espiritual y demás obligaciones: nació el dicho niño el día dos de dicho mes y año y para que conste lo firmo "ut supra". Don José de Subirán

Constituyó el paradigma de los guerrilleros que se enfrentaron a la invasión francesa de España en 1808. Su brillantez militar y su pericia para las emboscadas y refriegas le granjearon un gran prestigio, convirtiéndose en sinónimo adecuado para ensalzar la valiente y obstinada combatividad hispana. Juan abandonó a edad temprana los estudios para intentar ser militar, su auténtica vocación. Fue en la Guerra del Rosellón (1793-1795) donde recibió su bautismo de fuego al servicio del general Ricardos, de quien llegó a ser su más fiel ordenanza. En este conflicto librado entre España y Francia, el Empecinado descubrió los rigores de la guerra, además de las claves para la dirección de soldados en campaña.

Al concluir el conflicto, regresó a su tierra dispuesto a retomar las labores agrícolas. En 1796 se casó con Catalina de la Fuente, oriunda de Fuentecén (Burgos), donde la pareja quedó radicada. En abril de 1808 diversas unidades del ejército galo transitaban los parajes burgaleses, y un altercado entre un sargento francés y una lugareña desató el espíritu indómito del castellano. Tras matar al militar gabacho, se echó al monte con un puñado de familiares y vecinos dispuesto a ofrecer resistencia al ocupante.

Desde ese momento, la pequeña guerrilla se dedicó al asalto constante de las líneas de aprovisionamiento francesas, convirtiéndose en azote del que era considerado mejor ejército del mundo. Tras un efímero paso por el Ejército Regular español, el bravo vallisoletano vio cómo el número de su partida se incrementaba hasta los 6.000 efectivos, gracias a los certeros golpes ocasionados al atónito enemigo.

El propio Napoleón se interesó por el problema que suponía aquel contingente dirigido por un rudo labriego, y destacó a Leopold Hugo, uno de sus generales más eficaces, para cazar al fiero resistente hispano. Aunque, el militar, padre del futuro escritor Victor Hugo, nada pudo hacer dada la habilidad táctica del Empecinado, quien supo escabullirse de las trampas tendidas para lograr su apresamiento o muerte.

En 1811, Martín Díez ya era un aclamado héroe popular, avalado por innumerables acciones teñidas de audacia y gallardía. Las propias Cortes gaditanas le concedieron el rango de brigadier ese mismo año, cuando se encontraba al frente de numerosas tropas en Guadalajara. Más tarde, encabezó una expedición por tierras aragonesas y llegó a merodear Madrid, con la intención de secuestrar al mismísimo José Bonaparte, rey ocasional de España.

Méritos no faltaron en su ya extenso currículo bélico, y acabó la guerra en 1814 comandando más de 10.000 hombres con la graduación de general. Pero la vuelta al trono del Deseado Fernando VII supuso un serio retroceso para la ambición liberal, en cuyas filas se encontraba el Empecinado, quien sugirió a su monarca que asumiera la Constitución de 1812 en detrimento del absolutismo del que hacía gala el Borbón.

Ésta petición fue, como es obvio, rechazada, y el antiguo guerrillero, por entonces mariscal de campo, fue condenado a un exilio del que salió el 1 de enero de 1820, tras el pronunciamiento del general Riego. En el famoso Trienio liberal que siguió a continuación, Juan Martín se consolidó como garante de la máxima expresión constitucionalista y combatió los diversos brotes absolutistas protagonizados por viejos compañeros suyos, como el cura Merino.

En 1823, la irrupción en España de los Cien mil hijos de san Luis en apoyo del soberano español desató una nueva guerra, llamada de La Lealtad, que aplastó a los defensores de las ideas preconizadas por la Constitución de Cádiz. El Empecinado mantuvo su particular enfrentamiento contra el poder hasta ser detenido en Olmo (Valladolid), y desde allí fue trasladado sufriendo graves humillaciones hasta Roa de Duero (Burgos).

El 19 de agosto de 1825 fue conducido al cadalso donde le esperaba una soga. El bravo combatiente por la libertad exigió sin resultado que le fusilasen como militar que era, y en un acceso de rabia rompió sus grilletes y se lanzó sobre sus captores, que le cosieron a bayonetazos. Su cuerpo yermo fue colgado y exhibido públicamente como escarmiento. Desde entonces su leyenda se incrementó y aquel mote otorgado por nacimiento adquirió carta de naturaleza para definir a los tercos que no se rinden si piensan que sus postulados son los justos.